MI SARTÉN NO FUNCIONA. LA PLACA NO LA DETECTA. SOLUCIONAR PROBLEMAS CON LAS COCINAS DE INDUCCIÓN

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Las placas de inducción son tan caprichosas que no solo reclaman utensilios específicos para ellas, sino que, además, éstos tienen que cumplir con otros requisitos para que funcionen correctamente. Y aunque son bastante sencillos, si no los tienes en cuenta puedes arrepentirte de haber cambiado tu fogón de toda la vida por esa placa de inducción que parecía tan bonita cuando la viste en la tienda. No serías el primero. A continuación, te damos algunas indicaciones básicas para detectar y solucionar los principales problemas.

Si tu sartén no es de inducción, no funcionará nunca

Si tu sartén o cacerola no funciona, lo primero que tienes que hacer es asegurarte que realmente es para inducción. Seguro que está escrito en algún lugar, a los fabricantes de utensilios de cocina les gusta ponerlo en la base, pero en caso de que no sea así, o si eres de los que no se fían, lo mejor para comprobarlo es colocar un imán en la base. Si se pega, entonces de momento vas bien. Pero si no lo hace, no hace falta que compruebes nada más, lo sentimos, pero vas a tener que comprarte otra.

 

El tamaño sí importa: el diámetro de los utensilios debe coincidir con el de la zona de cocción

Superado este primer paso básico, la segunda cosa más importante es el tamaño, que en este caso importa mucho. El diámetro de la base del recipiente debe ser igual al diámetro de la zona de cocción. Si la base es demasiado grande habrá zonas que quedarán fuera y no se calentarán bien y si, por el contrario, es demasiado pequeña puede incluso que la placa no se active. Y esto último nos lleva al siguiente y muy importante punto.

La sartén no siempre tiene la culpa de que la placa de inducción no funcione

No todas las placas de inducción son iguales. Las áreas de cocción de las placas más sencillas únicamente reconocen los recipientes a través de un detector situado en el límite exterior de cada zona de cocción. Esto resulta siempre un problema: los productos pequeños o medianos, que son los más utilizados, solo funcionan en una o dos áreas de cocción, ya que las áreas más grandes no los detectan. Así que acabamos cocinando solo en dos zonas, enfadados porque tenemos prisa y el “fogón” que queremos utilizar ya está ocupado y desaprovechando la mitad de la placa de inducción. Por eso te recomendamos que gastes un poquito más y apuestes por una placa con múltiples detectores en cada área de cocción o, si puedes permitírtelo, por una de las nuevas placas de inducción sin zonas. Si aún no tienes una placa de inducción y te estas informando, te recomendamos que leas nuestro post sobre cómo elegir tu cocina ideal.

Hay que mantener el contacto

La placa de inducción no se activa si no hay contacto. Y para eso necesitarás sartenes y cacerolas gruesas, de base plana e indeformables, es decir, que no se abomben con el uso. Si la base es demasiado fina, y especialmente cuando cocinamos a mucha temperatura o dejamos la pieza vacía en el fuego, ésta se sobrecalienta, se abomba, se degrada y, en casos de sobrecalentamiento extremo, pueden llegar a producirse daños en la placa. Para que esto nunca te pase, debes aprender cómo reconocer las sartenes de calidad en la tienda y a elegir el menaje perfecto. También deberás cocinar con cuidado, evitando dejar una pieza abandonada en el fuego, ya que el sobrecalentamiento no afecta únicamente a tus sartenes, sino también a tu placa de inducción.

Los chefs lo hacen, pero tú no

Todos tenemos en la cabeza esa imagen de un chef cocinando en su restaurante, agitando las sartenes alegremente para remover un salteado en lugar de hacerlo con una cuchara. Sí, es muy chulo y divertido, pero no lo hagas en casa. Primero porque vas a salpicarlo todo y segundo porque, si tienes una placa de inducción o vitrocerámica, la rayas seguro. Hay muchas otras cosas que no deberías hacer nunca en casa. Los manuales de instrucciones que vienen en las cajas de los productos siempre lo explican, pero como no se los lee nadie, hemos hecho una versión más divertida que incluye todo lo que deberías saber para cuidar los productos de menaje de cocina.

 

No limpies la placa de inducción con cualquier cosa

Además de caprichosa, tu placa de inducción es delicada y puede rayarse con facilidad si no vigilas un poco. Incluso un poco de sal puede llegar a hacerlo, así que debes retirar cualquier resto de comida con cuidado. Y mantenerla siempre limpia para que te dure muchos años. Después de cocinar espera a que se enfríe un poquito y frótala suavemente con un paño o esponja limpia y húmeda. Utiliza siempre productos de limpieza específicos para placas vitrocerámicas o de inducción. Cuando termines, sécala siempre. Y recuerda: nunca, nunca, nunca utilices productos o materiales abrasivos. En este post encontrarás más consejos de limpieza y mantenimiento de las placas vitrocerámicas y de inducción.

Los productos Castey tienen un rendimiento inmejorable en las cocinas de inducción. Si prefieres cocinar con aluminio fundido, te recomendamos Classic Induction, Vulcano y Fundix. Pero si prefieres cocinar con otros materiales, nuestras colecciones de acero inoxidable y de hierro fundido se adaptarán perfectamente a tus necesidades. Y además de ser aptos para inducción y todo tipo de cocinas, nuestros productos te ofrecen muchas otras ventajas prácticas, como nuestro sistema de mangos desmontables, que ahorra espacio de almacenaje, optimiza la limpieza manual y en el lavavajillas, facilita cocinar en el horno y hace que tu menaje de cocina sea mucho más versátil.