Cómo elegir una buena sartén a simple vista en la tienda para no llevarte un disgusto cuando llegues a casa.

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Cuando pensamos en comprar una sartén, nos fijamos en varias cosas. La primera, por supuesto, el precio. ¿Cómo es posible que haya sartenes de 3 euros y sartenes de 30? ¿Por qué debería pagar 30 si por este precio podría tener 10 y estrenar sartén nueva cuando me apetezca? Dejando de lado el hecho que ir estrenando sartenes cuando no es necesario resulta poco ecológico, la verdad es que en el caso de una sartén hay muchísimas razones que justifican las diferencias de precio. A continuación te detallamos las cosas en las que debes fijarte para saber cómo elegir una buena sartén y que la próxima que te compres sea la más adecuada para ti.

 

Saber de qué está hecha y cómo se ha fabricado es básico si no queremos que las sartenes se abomben.

El material y el proceso de fabricación que se ha seguido para hacerlas influyen mucho en la calidad y también en el precio. Casi todas las sartenes son de aluminio y las que encontraréis en la tienda son básicamente de tres tipos: aluminio estampado, aluminio forjado y aluminio fundido. Las de aluminio estampado son las más baratas, pero duran mucho menos que las otras y dan muchos más problemas, ya que se deforman enseguida. Las de aluminio forjado son más resistentes y prácticamente no se deforman, aunque evidentemente el precio es superior. Y por último están las de aluminio fundido que, además de ser las más resistentes, son también las que reparten mejor el calor, para que los alimentos se cocinen siempre de manera uniforme. Por poco que puedas, te recomendamos las de aluminio fundido. Sí, son las más caras, pero la diferencia realmente se nota. Aprende cómo distinguirlas para que no te den gato por liebre.

 

Distinguir una sartén de aluminio estampado de las demás en la tienda es muy fácil. A parte de ser las más baratas, también son muy finas y no pesan casi nada. Pero diferenciar las de aluminio fundido de las de aluminio estampado a simple vista ya cuesta un poco más. Por eso os recomendamos el no muy científico método de leer la etiqueta. Las sartenes de aluminio fundido siempre presumen de ello y lo llevan escrito en la caja con letras muy grandes.

 

Un mal recubrimiento antiadherente puede estropear una buena sartén

En una sartén el antiadherente es tan importante como el material del que está hecha. Por muy de aluminio fundido maravilloso que sea, si el recubrimiento es malo habréis tirado el dinero. Pero vamos por pasos. Básicamente hay dos tipos de recubrimiento: el PFTE y el cerámico. El PTFE es el más conocido, el de siempre, ese al que se le llama teflón -aunque en realidad el teflón es una marca, como los chupa-chups-. Tuvo muy mala prensa hace un tiempo, pero no os creáis todo lo que leéis porqué mucho de lo que se dijo no es cierto. Y luego está el cerámico, que se puso muy de moda hace un tiempo gracias a la mala fama del PTFE. Ambos tienen sus pros y sus contras pero, pese a todo lo que se ha dicho sobre el PTFE, te recomendamos que, si lo que quieres es que no se te pegue nada, elijas siempre un PTFE. Eso sí, un PTFE de calidad, el que usa la marca de sartenes en la que confías.

 

Las sartenes de inducción siempre son más caras, pero también sirven para vitrocerámica y gas

Este punto es básico sobre todo si tienes o piensas tener una cocina de inducción. Aunque las sartenes para inducción te sirven para el resto de superficies –gas, vitrocerámicas, placas eléctricas…-, si tienes una cocina de inducción, necesitas una sartén para inducción. Así de claro. Y sí, acostumbran a ser más caras que las otras. Pero las otras no funcionan en las cocinas de inducción, por muy bonitas que sean. Así que tendrás que tirarlas si te compras una. La buena noticia es que reconocer inducción y no inducción no es problema porqué los fabricantes lo indican muy bien en la etiqueta, pero es importante que sepas que no todas las sartenes de inducción funcionan igual de bien porqué hacer que una sartén de aluminio funcione en una placa de inducción no es tan fácil. También es importante que sepas que para cocinar cómodamente y sin problemas con inducción hay que tener en cuenta algunas cosas. No te preocupes, porqué son sencillas. Y si no tienes inducción y no quieres tenerla nunca, aprovecha para ahorrar un dinerillo, no gastes en inducción si no te hace falta.

 

Detalles, detalles, detalles

Y hasta aquí lo más importante. El resto son detalles, detalles, detalles. Pero los detalles también marcan la diferencia. El diseño de una sartén es importante, no sólo porque hace que sea más bonita o más fea, sino porque una sartén con un buen diseño te da más cosas que las otras, y ya que vamos a gastar 30 euros, mejor que nos lo den todo. Que tenga un buen diseño consigue, por ejemplo, que el calor se reparta de manera uniforme por la superficie de cocción y que la forma sea la adecuada facilita mucho cocinar. El peso también es muy importante: no debe ser demasiado ligera, porque podría volcarse, pero tampoco demasiado pesada, porque entonces no se puede manipular con facilidad. Pero seguramente lo más importante es el mango. Debe ser cómodo y ergonómico y, puestos a pedirlo todo, mejor que sea desmontable. Así que antes de comprar una sartén, y después de haberte fijado en todos los detalles, cógela, muévela, sujétala y juega un poco con ella. Asegúrate que es práctica y cómoda, porqué ésta sí que va a durarte muchos años.

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